La energía ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma. Han sido cerca de 1000 conciertos en la ciudad de Huesca en estos nueve años maravillosos. Sin necesidad de ayudas públicas, simplemente con el apoyo popular a un tipo de propuestas musicales que creímos que merecía tener una capital de provincia como Huesca. Poco a poco, el reconocimiento popular fue refrendado por el reconocimiento en forma de distinciones como las distintas nominaciones cada año en los Premios de la Música Aragonesa y que culminaron en la consecución de sendos galardones en 2014 y en 2016; la aparición en el top de salas preferidas por los lectores de la prestigiosa revista Rockdelux durante varios años (llegando a estar en el segundo lugar del año 2014); o el reconocimiento local en 2015 con el premio de Altoaragoneses del año que entrega el Diario del Altoaragón. El proyecto de El Veintiuno gracias a todo esto ha ido creciendo en magnitud y ambición. Ya se venía desarrollando una actividad de producción de musical fuera del ámbito de la sala (conciertos de San Lorenzo, fiestas de Logroño, Festival Monasterio de Veruela o Festival Aragón Sonoro, son algunos ejemplos). Es por ello que en este momento se decide dar un paso para potenciar más la experiencia de los conciertos en directo. No es un adiós, es una evolución que, desde la sala, creemos lógica.
La energía ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma. Es por ello que la energía especial y popular que desprende la sala en sus conciertos y otras actividades no se va a perder, se va a transformar ligeramente. Desde la sala se quiere potenciar el desarrollo de esos proyectos paralelos en los que ya se encontraba trabajando desde hace tiempo pero guardando la misma energía para seguir ofreciendo una programación puntual en directo de la mejor calidad al estilo de la que ha jalonado la trayectoria de la sala (Iván Ferreiro, Dorian, Izal, Coque Malla, La Bien Querida, Sidonie, Ariel Rot, Def con Dos, El Columpio Asesino, Rubén Pozo o Christina Rosenvinge, entre muchos otros nombres). Se quiere potenciar una nueva actividad donde predominen noches musicales más puntuales, en la que la actividad general semanal de la sala será menor pero que cuando esta se produzca la calidad sea el estándar. Es eso lo de “Etiqueta negra” porque ahora El Veintiuno, cuando abra sus puertas, será para ponerse siempre de gala.
El Veintiuno perderá su carácter de bar para transformarse en un espacio multidisciplinar en el cual albergará las oficinas (con su horario) que servirán de “cuartel general” desde el que preparar todas las actividades especiales que puedan tener lugar en la sala o fuera de ella. Oficinas que cuando sea necesario, como ya hemos comentado antes, se vestirán con sus mejores ropas para acoger esos conciertos y noches musicales especiales e incluso otro tipo de actividades complementarias o paralelas que puedan ser compatibles con la filosofía y el espíritu de El Veintiuno.
Esto no es una despedida, sino un hasta luego. Es un paso adelante para seguir avanzando y ofreciendo unas alternativas culturales y de ocio de la mejor calidad a la ciudad de Huesca además de seguir implementando diferentes proyectos de producción fuera de la ciudad. Desde El Veintiuno se decide tomar una decisión valiente, acorde con la filosofía del proyecto, de cambiar mientras se está en un magnífico momento. Buscando marcar los ritmos por voluntad propia y no por necesidades coyunturales. ¡Gracias a todo el mundo que ha sido parte de nuestra historia hasta ahora! Que sepan que siguen aguardando sorpresas que se van a ir desvelando poco a poco. ¡Gracias por dejarnos crecer! Sin vosotros/as no habría sido posible. El Veintiuno no se destruye, al igual que la energía, simplemente se transforma.